Al final me lié la manta a la cabeza y me puse con el proyecto Grom. Las miniaturas estaban hechas un Cristo, es una pena que se me pasara hacer las fotos del "antes". Las ruedas del carro y las miniaturas estaban despegadas, un lobo tenía una pata rota, no tenía peana... el carro estaba como si lo hubieran dejado aparcado en las 3.000 viviendas. Empecé por meterlo todo en acetona para quitarle la pintura y los restos de pegamento. Bueno, todo menos los lobos, que al ser de plástico se disuelven. Esos los limpié malamente con alcohol. Luego compré una peana impresa por 3D que no me ha gustado nada. El laminado ese de la impresión 3D me parece un asco; pero bueno, mejor que nada. Y con todas las piezas en mano afronté la heroica tarea de montar una miniatura antigua de metal. No encajaba nada con nada, tuve que torcer algunas piezas con alicates, meter pernos, masilla... en los 80 montar miniaturas era como trabajar en la fragua de un herrero, y aún así me ha quedado un poco estrábico e inestable. No va a aguantar muchos meneos.
Por último me metí con la pintura. He empezado a usar oleos al agua además de los acrílicos con resultados desiguales. En el carro creo que quedaron bastante bien, pero en la piel de Grom y el portaestandarte se nota que no termino de hacerme con ellos. Me arrepiento un poco de no haber sido más clásico, pero habrá que aprender a usarlos.
Aquí está Grom antes de pegarlo en el carro. Normalico, sin fantasías.
El portaestandarte. Sigo sin pillarle el punto al negro. Para el estandarte estuve buceando por internet y vi que un tipo los hacía con tela de lienzo, que me pareció muy buena idea. Compré uno chiquitín en el bazar y lo pinté...
...de un lado con la luna malvada. Recomiendo imprimar el anverso de la tela antes de pintar, no agarra bien la pintura. Y en la otra cara...
...lo que vendría siendo el estandarte de Grom de la ilustración viejuna. La verdad es que fue divertido pintarlo.
Con todo listo y adecentado tocó el montaje y pegado final.
Las fotos, como siempre, un horror. Le dediqué más horas de lo que pensaba que me llevaría, lo que hace que otros de mis proyectos faraónicos, como el gigante de Marauder o la restauración de la catapulta orca queden abandonados hasta que se me olvide esto. Voy a pintar algo pequeño.