miércoles, 12 de mayo de 2010

The Lost Vault of Tsathzar Rho.

En mi búsqueda por un buen módulo en el los kobolds fueran los protagonistas me topé con "The Lost Vault of Tsathzar Rho" de Goodman Games, el segundo ejemplar de su línea Dungeon Crawl Classics en la que supuestamente emulan el estilo de juego de la Old School usando las reglas de 3ª edición (y ahora ya de 4ª). No encontré la tribu de ladinos kobolds y sus ingeniosas trampas que buscaba, pero me llevé una muy grata sorpresa. Y es que, aunque los kobolds de Lost Vault son del tipo frontal, por una vez su agresividad, cual desnudo de Elana Anaya, está justificada por el guión.

Portada rollo retro en su versión D&D 3.0.

El trasfondo de Lost Vault se cuenta en una sola página, dando los datos necesarios para crear una historia cerradita de tintes lovecraftianos fácilmente trasladable a cualquier ambientación, sobre todo a la de Pathfinder, donde ya practicaron con esta mezcla de fantasía clásica y horrores innombrables de más allá de las estrellas y los eones y esas movidas supertochas en su primer Adventure Path, Rise of the Runelords (¡¡¡Había perros de Tíndalos!!!) y en los módulos "Crucible of Chaos" y el más reciente "Carrion Hill", donde los personajes se enfrentan a una semilla de Yog Shothot (o como se escriba, yo creo que ni Lovecraft lo escribió dos veces igual). El caso es que, dada la naturaleza "sandbox" de la campaña Kingmaker, se puede agarrar este mismo módulo tal cual lo trajo Goodman Games al mundo, situarlo en uno de los hexágonos de las Tierras Robadas y ya está, cacho trabajo de adaptación.

Portada rollo retro en su versión D&D 3.5.
Como la ilustración es mucho peor la portada es más guay y más retro.

Por no destripar nada aparte de que salen unos cincuentay pico kobolds en total, me limitaré a decir que todo comienza cuando un ogro se empieza a merendar gente y el pueblo más cercano contrata a unos miserables asesinos a sangre fría (perdón, "aventureros") para que vayan a "hablar con él" a su guarida. Lo que se encuentran allí es... un ogro con la costumbre de merendarse gente y algo más. Ya que en Goodman Games no se rompen la cabeza con interacciones sociales y conjuras palaciegas, presentan mecánicas específicas para la historia (de miedito y locura) y prestan especial atención al terreno, algo que no se suele ver muy a menudo y que provoca situaciones pintorescas que pueden dar más de un quebradero de cabeza. También llama la atención cómo han escalado la dificultad de los encuentros, siendo el primero uno de los más difíciles de todo el módulo y del que más de un personaje de nivel 1 puede salir en una bolsita de plástico, una realmente pequeña. Mejor, así aprenderán.

2 comentarios:

Lato dijo...

puf... te estoy viendo, miedito me das...

doclusifer dijo...

Tiene buena pinta me lo pillare pa echar un vistazo, es que yo soy de campañas coñazas sheakespirianas y los módulos de aventuras no me pirran.
Una cosa ,una cuestión ¿ los de paizo son un poco copi paste por la noches, no? Vamos que eso de usar bichos chuchulianos con aventureros epico fantasticos estan viejo como coger el Ruenquest y el Chtullu de chaosium.

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