Lord Venado, vencedor por aburrimiento y desgaste.
La decisión llega tras un intenso debate sobre si una campaña tipo sandbox es adecuada o no para nuestro grupo de juego, debate que se saldó incluyendo módulos con más enjundia dentro del sandbox. Podéis rememorar esta apasionante anécdota en este ¡ENLACE! Pues bien, agarré el Legacy of the Savage Kings, traduje los textos para los jugadores y las ayudas de juego, imprimí las ayudas de juego y contadores para todos los adversarios, incluí algunos ganchos y guiños con la campaña en curso... y a la segunda partida murió un pj y el resto del grupo decidió volver al castillo y dedicarse a la gestión del reino y explorar hexágonos. Eso agotó con mi ya escasa puntuación de salud mental y di la campaña por finalizada. Tampoco hubo muchos quejas.
La campaña se salda con cuatro personajes de nivel 4 o 5 debido a las penalizaciones que impongo a los que mueren (para evitar suicidios) y un personaje a punto de alcanzar el nivel 6, único superviviente del grupo original: el Inquisidor. El Inquisidor se ha revelado como el uber-pj que vale para un roto y para un descosido siendo su papel habitual el de tanque del grupo.
Así dejamos a los pjs...
Cabe destacar la disciplina y dedicación del grupo, que hemos sido capaz de quedar a jugar con cierta regularidad a pesar de partos, mudanzas y viajes de trabajo. Así, abandono de momento la tarea de Director de Juego, y volvemos a las procelosas aguas del nivel 1. Eso sí, seguiremos jugando a Pathfinder. A ver si al final va a ser el juego que nos gusta...