8 valientes, hombres y mujer, se reunieron en el espacio que puso a nuestra disposición el Centro Autogestionado del Barrio de Aluche, división Jornadas Jugonas, para ser sometidos a la "fumada [sic.]" de aventura para Clásicos del Mazmorreo que es "Los Salones Verticales". Con estos 8 pring... personas de edades comprendidas entre los 8 años y los cuarenta y pico conformamos dos mesas de juego con tapete negro de fieltro y escenografía a nuestro servicio cortesía de Instant Dungeon Tactical (¡ENLACE!). ¡Lujo, lujo, fasto! El ambiente era tan bueno que hasta pudimos disfrutar de la tarta nupcial de uno de los participantes, casado hacía apenas 48 horas.
Holaaa... ¿alguien ha pedido ayuda al Señor Demonio de los anfibios?
Me resulta muy complicado reseñar la aventura sin hacer spoilers, pero sí puedo adelantar que se puede jugar perfectamente con la Beta traducida al castellano de Clásicos del Mazmorreo (disponible en este ¡ENLACE!) y que sacamos todo el rendimiento posible al juego, sobre todo al nivel mágico gracias a varios críticos en las pruebas sortílegas que acabaron invocando una gigantesca rana demoníaca cortesía de Bobugbubilz, Señor Demonio de los anfibios, algo de consunción de características para mejorar los resultados y una pifia que acabó con el mago del grupo castañeteando los dientes de por vida y con tres dedos rotos. Un poema. El clérigo de Cthulhu tuvo más suerte con sus tiradas, seguramente por haber dado un responso adecuado a un muerto sumergiéndole en las aguas de un río para que se reúna con su señor en la ciudad sumergida de R'lyeh.
Aquí una clérigo de Cthulhu en un sepelio.
Repitan conmigo: "Now you have my permission to die".
La experiencia fue positiva a todos los niveles: en primer lugar he podido disfrutar del DCC en niveles competentes, saliendo de las aventuras de nivel 0; ha servido para hacer varios cambios en el texto y darnos cuenta de algunos errores importantes; también hemos conocido la CABA, un lugar perfecto para organizar partidas y eventos tanto a nivel físico (el espacio es sencillamente perfecto) como a nivel ideológico; y por último porque sólo me perdí hasta llegar al aeródromo de Cuatro Vientos, que podía haber sido peor y haber acabado en Cáceres antes de darme cuenta de que me había pasado el desvío.
Gracias a todos, organización por organizar y jugadores por acudir. Nos vemos en la próxima.
Podéis leer una reseña de esta experiencia desde el otro lado de la pantalla del director de juego en este ¡ENLACE! Obra del ínclito Enrique Freire a quien deseo un largo y feliz matrimonio.